Los últimos días del viaje aprovechamos para descansar en la playa de Santa Mónica, en la que estábamos alojados aunque no tuvimos que pelearnos por un trocito de jardín con las decenas de homeless. Parece mentira la cantidad de vagabundos que hay en Santa Mónica cuyo lavabo se encuentra en los McDonalds y Starbucks (también está plagado por todos lados en San Francisco y Los Ángeles).
La playa de Santa Mónica es enorme, con kilómetros de arena a lo largo y ancho.
¡Uno llega exhausto a la orilla después de atravesar la arena!
Los equipamientos de la playa son geniales en lo que respecta a duchas, lavabos (todos con papel) e incluso área de ejercicios para los cachas que se entrenan en la playa (anillas de trapecista, cuerdas, gomas de equilibrio, barras de dominadas, etc).
¡Uno llega exhausto a la orilla después de atravesar la arena!
Los equipamientos de la playa son geniales en lo que respecta a duchas, lavabos (todos con papel) e incluso área de ejercicios para los cachas que se entrenan en la playa (anillas de trapecista, cuerdas, gomas de equilibrio, barras de dominadas, etc).
Y todo ello sin contar las numerosas casetas de madera de los vigilantes de la playa. Ahí los vigilantes tienen un nivel y una buena caseta, no como en Cataluña donde los pobres están colgados de una escalerilla…
En esta playa se rodó la famosa serie Baywatch, pero por más que busqué y busqué no encontré a la Pamela Anderson. Sin embargo los escenarios de la serie son absolutamente familiares (el centro de vigilantes, el muelle – pier, las casetas, el uniforme de los vigilantes, los todoterrenos, el helicóptero, el barco Lifeguard, etc)
Os dejamos un link de los créditos para los más nostálgicos:http://youtu.be/IuYrRebvFHc
Y otro link de imágenes de Santa Mónica y alrededores.
http://youtu.be/XvUl--5uyL8
Ni que decir queda que los cuerpos de la playa no son los cuerpazos que salían en la serie. A parte de que está plagado de panchitos con flotadores de serie.
De hecho, el 30% de L.A. son latinos, el 20% asiáticos y el resto entre negros y blancos. Podríamos decir que L.A. es un poco la ciudad de nadie a caballo entre Méjico, China y Norteamérica.
De hecho, el 30% de L.A. son latinos, el 20% asiáticos y el resto entre negros y blancos. Podríamos decir que L.A. es un poco la ciudad de nadie a caballo entre Méjico, China y Norteamérica.
A parte de descansar en la playita, nos escapamos una tarde a visitar el downtown de Los Ángeles con sus rascacielos y edificios singulares. Entre ellos nos llamó la atención principalmente el City Hall, que representó el edificio del Daily Planet en Superman (un claro guiño publicitario a Los Angeles Times, que es el edificio de enfrente, pero hubiera sido muy descarado sacar el mismo edificio) y el auditorio de Walt Disney que es clavadito al Guggenheim de Bilbao (de hecho está diseñado por el mismo arquitecto).
Comimos en la Ensenada, un restaurante mexicano situado en el Historic Downtown que ofrece menús de mediodía por $10 para ponerse las botas y todo muy rico. Además el camarero es muy atento y servicial y va vestido de etiqueta.
Después de comer nos acercamos al centro histórico, el llamado Pueblo de Los Ángeles que los latinos llaman la Plaçita Olvera, donde nació la ciudad al instaurarse la Misión Española. La arquitectura recuerda a México y está lleno de tiendecitas de souvenirs mexicanos.
No podíamos dejar de ir ver los famosos rótulos de Hollywood! Se encuentran en el Monte Leen pero no te dejan acceder hasta él, sólo puedes hacer fotos desde la urbanización de casitas que se encuentran en la falda del monte. Ya nos fue suficiente para hacernos la foto.
Al bajar del Monte Leen, el Hollywood Boulevard estaba a reventar porque se celebraba la premier del Capitan America y no pudimos, ni siquiera, aparcar para ver a los protagonistas de la peli ni ver el paso de la fama.
Fuimos a ver los super chalets de Beverly Hills y vimos al Jeffry regando el jardín de los Banks y a Brenda y Brandon paseando al perro. También nos dimos una vuelta por Rodeo Drive, donde se encuentran las super tiendas de lujo donde compran los de Beverly Hills.
La mañana siguiente era para dedicarla, exclusivamente, a estar en la playa y ponernos negros. Pero como somos gafes, el día estuvo nublado e incluso hizo fresquito. Eso no quitó que nos quemáramos las pantorrillas!
Fuimos al Pier y descrubimos el restaurante de Forest Gump, el Buba Gump!!
El barrio de Santa Mónica también pone fin a la Ruta 66 y, dentro del Pier, se encuentra la última tienda de souvenirs de la Ruta 66 asi como un mural tributo a un motero conocido entre los aficionados.
El Piere es el muelle de Santa Mónica que está repleto de chiringuitos, tiendas de souvenirs, una montaña rusa, una noria y una feria. De noche es más bonito por todas sus luces y ambiente juvenil.